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BUCANERITA

Mío

Hoy...

Hoy...

Hoy la lluvia humedece la melancolía, que despierta perezosa y al paso de las horas va tomando fuerza. Hoy se adueña de mi corazón hasta hacerme sentir la soledad.

Me perderé en los bosques del silencio donde las palabras no llegan. Los sentidos se adormecen y no llega el olor a primavera, ni el tacto amable.

Al llamar a la puerta de la vida, me la abre la tristeza. Y yo me adentro, no me puedo quedar en el umbral. Aquí la melodía no tiene sonido y el sol no penetra en la estancia. Como un fantasma me dispongo a vagar por los pasillos.

Sakkarah

Melancolía

Iba por la vida...

Iba por la vida...

Iba por la vida, sin parar mucho por ella.
Pensaba que algo debía cambiar.
No sabía cuando, pero tendría que ser.
Yo era amor, era sentimiento,
no podría ser de otra manera.
Guardaba y atesoraba ternura.
Cuando menos lo esperaba
te presentaste tú.
Eras como aire fresco,
algo muy diferente.
Me enamoré.
La vida te puso en mi camino.
Había llegado mi hora, sin esperarlo.
El amor se resbalaba por las venas.
Brotaba cual si fuera fuente,
ya no podía detenerlo.

Conocer tu alma…
mi corazón te indagaba,
buceaba por tus estancias para encontrarte.
Yo quería tu propia entraña,
eso que tu guardas a través del tiempo,
lo que no quieres entregar.
Y te conozco, y te siento

Tu mundo interior
que con tanto celo guardas…
y no sabes que mi corazón pasea por él,
recorre sus jardines y se llena de su aroma.
Encontró la puerta de ese laberinto
y allí descansa

El mundo no cambiará perceptiblemente,
pero su profundo se conmovió
al notar mi sentimiento.
Necesita nuestras manos,
pero nuestras manos enlazadas con amor,
sabe que eso aumenta su fuerza, su belleza,
sabe de tu trabajo por la justicia,
de mi empeño por la paz

Ofreces resistencia a mis sentimientos,
no quieres reconocerlos.
Quizá el miedo a perder tu pasado,
quizá no haya mucho amor.
Mi corazón espera recostado en tu alma
hasta que tu te encuentres

Sakkarah

Poesía Sentimientos

Viento

Viento

Viento, te agotaste de llevar secretos, de llevar amor. Tienes fuerza que rompe obstáculos, pero tu corazón ama, lo aprendió en sus viajes.

La brisa que te calma, es causante de tu corazón enamorado. Es capaz de hacer sentir a un huracán. Y tu sientes, estás triste y sabes de lágrimas de amor, la lluvia.

Hoy tu corazón esta cansado de tanto amar, he encontrado tu refugio donde descansas sin que nadie sepa de ti. En el corazón del árbol; de ese árbol lleno de años con una gruta en su tronco. Allí te acurrucas y el te calma. Ta canta la nana de la brisa enamorada. Sus hojas, son gotas de amor que ella dejo al pasar para tus dulces sueños.

Duerme viento, descansa, que ella te ama y te lo demostrará mañana

Sakkarah

viento

Esa mujer

Esa mujer

Esa mujer…..
que perdió su vida por una equivocación.
Que soñaba con que existía un gran amor,
pero no pensaba encontrarlo.
Que cuando se preguntaba qué había hecho de ella,
la respuesta que encontró fue darse a todo el mundo.

Sólo podía servir su vida entregada a los demás,
al que más lo necesitara.
Un buen día empezó a sentir que debía ser ella,
que sólo existía una vida
y que no veía justo pagar eternamente..
Se empezó a ilusionar al sentirse querida,
cuando la hacían ver que era valiosa, que era amor.

Vivía los sueños de los demás
fomentándolos, ayudándolos.
Un buen día la vida le cruzó en su camino al amor,
a ese gran amor con el que ella soñaba,
pero no era libre y eso hacía que él se alejara.
Esa mujer descubrió que todos sus sueños de amor
se quedaban pequeños,
que el amor que había encontrado
tenía demasiada fuerza.
Le entregó toda su inocencia, su inexperiencia.
Le entregó su vida hasta la eternidad.

La amara o no
ella viajaría con él por las calles de la vida.
Ella empezó a vivir.
Sufriera o no, eso era vida.
No era una jaula de cristal que la preserva de todo.
Era sentimiento, tristeza, alegría, risa, llanto.
Su equipaje era su amor y a él,
al ser más hermoso, le entregó su maleta.

No llevaba malicia, coquetería,
ingenio, picardía, sensualidad.
Solo llevaba la sencillez de un gran amor
que nació en la inocencia de una vida no vivida

Sakkarah

mujer

Una ventana.

Una ventana.
Una ventana abierta al patio de la naturaleza.
Abrirla respirando amor.
Bebamos de la fuente cristalina de la verdad, de lo claro.
Hablemos desde lo profundo
y esperemos cada amanecer, cada primavera

Sakkarah

Mi mago.

Mi mago.

Mi mago tiene la belleza de la naturaleza
En toda su hermosura
Es portador de sueños y esperanza.

Su alma es como la cadena
de cimas y montes que se alzan
Con reverencia hacia el azul del cielo.

Tiene la paz que nace
De valles tranquilos y fascinantes
Del murmullo de las campanas de una Iglesia
De los susurrantes arroyos.

Pienso en él por la mañana
Cuando los pastores sacan
a pastar a sus rebaños
Pienso cuando llega el ocaso
Cuando vuelven los campesinos
De sus campos y viñedos

Es sereno como el monte
Que se orienta entre el mar y la llanura
Como un poeta que cabalga
Entre una eternidad y otra.

Enamora a guirnaldas de mujeres
Alegres bajo la luz de la luna
Y a las vírgenes que cantan
Por la era y el lagar

Es el templo donde halla cobijo mi alma.
Triste, apoyo la cabeza en el brazo
A la sombra de los cedros
Ajena a todo, menos a la luz del sol

Mi amor por él es una idea lejana
Un cariño fogoso
Una palabra divina que la tierra
Susurra en los oídos del espacio

Él es la juventud que crece
El hombre maduro que resuelve
Tiene la edad de la sabiduría

Mi sueño es la juventud
Escalando rocosos montes
Rodeando arroyos
Vagando por los campos

El roce de su piel es como
El canto del ruiseñor
El susurrar de las ramas de los árboles
El eco de la flauta de un hada en la llanura

Mi alma enamorada, está en contacto
con los secretos de la vida
que conoce sin saberlo
es un ansia que llega al extremo
más lejano de lo oculto

Sakkarah 2003

Yo misma.

Yo misma.

Yo misma soy mi propia losa. Aplasto las cenizas que hizo el fuego al prender mi alma. Soy mi peso, su peso.

Admiro la belleza y la corrompo.

Víctima de todo, mi propio verdugo.

No hay miedo en mí, sí error, fallo del alma.

En mi confusión no cabe la insidia, no conozco su color, y aún así lo tiño todo. No sé morder mi lengua, se me desboca el corazón a cada paso.

Aspera flor alejada de jardines, solitaria, abandonada.

Nada espero, hace tiempo visité el país de los parias y olvidados.

Rompo los moldes corteses apareciendo desconsiderada.

Como animal lastimado me comporto, y en mi soledad camino como un perro arrengado.

Olvidada de mi estrella, aún me late el corazón cuando amo.

Ácido que despuebla, es este desgarro que no se ha zurcido.

Sakkarah

El aroma...

El aroma...

Autor imagen: Clepsidras

El aroma de la persona que amo se percibe por el aire, y el de la primavera con sus flores. El olor de la la tierra después de la lluvia, por el aire viene a mí.

Baten el aire las alas de todas las aves, al igual las de los sueños. La fantasía está llena de hadas y seres alados que lo ocupan. Las brujas con sus escobas lo atraviesan. El hombre siempre soñó poder suspenderse en el aire. En avión , o en parapente, si no es en globo, lo ha logrado.

Las nubes quedan suspendidas en el aire, y los rayos del sol hacen filigranas en el. El polvo, en el, hace sus travesías

Es tan vital para vivir, que nadie podría resistir sin aire.

...En el aire...están todos los suspiros de los enamorados. Una mariposa ostenta sus colores en el.

Sakkarah

Mi corazón...

Mi corazón...

Mi corazón me dice que no me he equivocado,
puede ser que no tenga tu amor,
pero no erré al amarte.
Mi corazón eligió lo mejor,
por eso aguardó tanto tiempo.
Se reservaba para este gran amor

El camino recorrido ha sido difícil,
pero no podré apartarme de ti.
Quizá algún día tu comprendas
que es nuestro camino,
que los dos podemos ir juntos,
que nos lleva a la felicidad

Todos los paisajes de la tierra tienen su belleza.
Unos verdaderos vergeles,
otros áridos y desiertos,
pero todos ellos reflejan nuestro amor
y en cualquiera de ellos
encontraremos nuestra felicidad 

Sakkarah 19-4-2003

Tus besos...

Tus besos...

Tus besos, un injerto que hace florecer sonrisas en los míos.

El amor, fiero y suave, apasionado y tierno.

Tenso lazo que no te aleja de mí, que tira diariamente de mi corazón.

Tu palabra, aviva el color de la vida.

Sakkarah

Ahí están...

Ahí están...



Ahí están guardando fila y preparadas para salir. Si tardas, se amontonan impacientes, se empujan, se pelean y, al abrir la boca te salé alguna de manera atropellada haciéndote quedar como un tartaja.

 

Traviesas, se enredan, se cambian en mitad de tu oratoria, y juegan a hacer de ti una gangosa.

 

Llegan a creer que forman una orquesta, se elevan, se adelgazan y, pillándote desprevenida, se disfrazan en forma de gallo al salir de tu garganta.

 

Es conveniente plasmarlas en un papel, si no, vuelan acompañando al aire para hacerte quedar mal en los tratos.

 

Entre las rejas dentadas se escapan y te encuentras insultando a un compañero.

 

No les gusta dormir, se sienten roncas, oscuras hasta hacer creer que tú bebes cazalla.

 

En otros momentos se engolan, se retuercen hasta el punto de hacer de ti un pedante.

 

Díscolas, libertinas palabras, poderosas, hirientes y dulces, sosas. ¡Palabras!

Sakkarah

Desnuda

Desnuda

Desnuda ante ti me quedo, y sólo se refleja un humor espeso de sentimiento en el ambiente. Gasa de humo que vaga sin dirección.

No hay rostro reflejado, ni piel. No devuelves lo muerto. La luz tenue, le espesura como niebla, y ese canto macabro de amor muerto que se escucha en la estancia.

¿Dónde están mis ojos, que de ellos te apoderas, sin dejármelos ver? Yo misma me respondo que quedaron perdidos, aquel día, en otro iris absorbente y limpio.

No puedo conocer lo que me muestras. Hebras que flotan, jirones. Sé que allí habita mi aliento, y no lo pueden ver unos ojos ciegos.

Sakkarah

Llega la tarde...

Llega la tarde...

Llega la tarde, y aquí en este rincón de la playa me siento bien. No hay gente, puedo disfrutar del ruido del mar sin la interferencia de otras voces.

La brisa ha levantado un revuelo de palabras en mi mente. Recuerdos no vividos, sí leídos. Pueden tanto las palabras...Ellas son capaces de hacer nacer los más tiernos sentimientos; pero de la misma forma, en ellas puedes leer el engaño. Pueden dar lugar a diversas sensaciones, zozobra, amor, ternura, rabia, asco...

Pero sólo me quedo con aquellas que me hablaron de amor, que me hicieron vivir de manera intensa un sentimiento. No quiero hacer memoria de todas, para no reavivar lo que debo olvidar. Son bonitas las palabras, incluso bellas en extremo a veces; pero nunca sustituyen el beso, la caricia, la piel, la mirada.

Como un remolino, levanta el aire el libro de la vida. Va lleno de pequeñas huellas que marcan el interior de quien lo escribe. Tomo lo mejor del cuento, y el resto, dejo que lo vaya arrastrando hacia la profundidad del mar, donde las corrientes marinas lo absorban.

Sakkarah

Pegada a ti.

Pegada a ti.

Pegada a ti, sintiendo tu espalda, tu piel. Pasando la caricia de mis manos por tu torso, y así, apoyada en ti, pienso y siento. Se van sucediendo las imágenes nuestras como si de un vídeo se tratara, y un nudo en el estómago puja por desasirse en mariposas.

Cada recuerdo, cada ternura, cada caricia, incrustada como piedra preciosa en el alma; y un nudo, ahora en la garganta, va sujetando las lágrimas. Los ojos brillan húmedos, y sostengo la mirada dando la cara a la vida. Cruel, dura a veces; pero fue un regalo. Una vez que pude ver el cielo, ha nublado el resto. Ya no quiero más.

Y sigo así, apoyada en tu espalda, con mis manos en tu torso, con mi caricia eterna, y tuya.

Sakkarah

No soy hábil...

No soy hábil...

No soy hábil con los mecanismos que mueven el amor, pero sé elevarte cada noche al lugar de los luceros.

Emprendo un canto que me eleve, con el fino hilo de esperanza, su cometa.

Otros se pavoneaban de la suerte en el amor, mientras yo me sentía débil apoyándome en tu brazo sin fuerza.

Nunca perdí la sonrisa, a pesar de cada aciaga noche.

Se perder, y por tanto, consolar al perdedor.

Emprendo hasta el agotamiento que me permite el olvido.

Hay quien alardea de su victoria, pero al viento nadie le detiene.

A brazo partido me abrí paso hasta encontrar las ruinas.

No me hizo grande tu amor, pero mi lugar lo guardo firme.

Hoy me he renovado, puse el traje de los misterios, el de los encuentros.

No disfrutaré de nada, porque sé que siempre vendrán a arrebañar el plato.

Dejo que mi voz se oiga, es el pilar que me sujeta cuando desfallezco.

No olvidaré lo perdido, para no afianzar lo inseguro.

Se que me llegará todo lo que no se me dio, y espero.

Avanzo con cautela, para que nadie me despoje abiertamente.

Mi consuelo es que el amor es intermitente: amor, desamor, amor?

Hago camino hacia una claridad incierta, pero de fieros destellos.

Sakkarah

Una noche...

Una noche...

Autor imagen:  Alan Mark Cross

Una noche diferente, intensa en compañía.
El transparente cielo se ofrece,
siembra de luz la soledad, la viste.
Se han llenado mis manos de polvo de estrella.
Una falla mi corazón parece.
El crepúsculo exultante dará paso al amanecer.

Sakkarah

Debí...

Debí...

Autor imagen: Alan Mark Cross

Debí dar la vuelta antes, no esperar hasta el último momento. Ya es tarde, y ando colgada de esta tristeza que produce extrañarte. El tiempo pasa lento, demasiado lento cuando no se espera nada.

No queda otro remedio que seguir en el camino. No debería mirar atrás, pero no sé si no giraré la cabeza muchas veces, por si apareces. Tu sombra va a ser larga, hiela mi corazón.

Me adentré confiada, sin saber que después sería mi único anhelo traspasar la barrera del imposible. Me faltan fuerzas y ayuda. Necesito coraje para seguir caminando.

Sakkarah

No se aleja...

No se aleja...

No se aleja el pensamiento.
En ti me quedo
No sé si ya sólo amo al amor, o a ti
Tampoco deseo saberlo
Encontrarte o no
No pararé a pensarlo
Pues todo lo que empieza acaba
La vida es un comic
de tragedia hecha comedia
¿Qué deseo de ti?
Ni tú lo sabes.
Pero no puedo arrancarte
Te sujetaste con fuerza.
Amar es llenar la mente de tus cosas
Quisiera dibujarme en tu estómago
Donde acuden las mariposas
Y mi figura irregular se pierde en los dobleces de tu piel
No me encuentras
Quiero caminar por tus sueños
Quiero que me descubras.

Sakkarah

El vuelo.

El vuelo.

El vuelo terminó siendo aterrador. Comencé viendo un horizonte rosa, salpicado de varios arco iris por los que entendí terminaría caminando. Todo se me prometía feliz, y me fiaba de mis alas blancas.

Pensaba que en el espacio, las leyes del firmamento protegían la inocencia y los sentimientos limpios. Me lance, subí alto, crucé mares y bosques. Reí al roce de la brisa. Pero no contaba con los meteoritos que me laceraban a su paso. Iba de la mano de un sueño que me protegería. Nadie hubiera pensado que en lo más alto me soltaría de la mano.

Sí, caí, y mis alas quedaron como alambres. La piel sigue intacta, porque las heridas profundizaron al alma. Sé que no volveré a volar, no lo deseo; pero aquí sentada, pienso en unos pasos paralelos a los míos, en su distancia, que de manera imperceptible se reduce. Puede ser que termine caminando pendiente de otra piel, del roce de otra mano en mi mano.

Sakkarah

En mi centro.

En mi centro.

En mi centro, aparentemente tranquila, sin que nadie note la larga sombra que se alarga y cala hondo, navego. Lejos queda un horizonte que aparece lleno de promesas. Esta vez no corro. Puedo leer tantas cosas ya en los encapotados cielos...He llegado a saber de luces y sombras, y aunque tímidamente se deja entrever el sol, no salgo a su encuentro, espero.

Una quietud misteriosa me rodea.

Sakkarah