Jaula de oro
A veces me pregunto por esa alegría, ese estar siempre de broma, esa vitalidad de agotar los segundos bailando o de cualquier otra forma...Se pierden tantas cosas...Ahora , con la edad, me viene a ráfagas, pero hay pausas y no quisiera que las hubiera.
Un soplo la vida, un instante que no se puede sujetar. Nací para ser un ave en libertad, y, al mirar atrás no me arrepiento de las cosas porque deduzco que todo tiene una razón de ser; pero si me entristece la cautividad.
Como el ratón al queso puesto en una ratonera, se acude a la jaula de oro donde la puerta está abierta; pero al cruzar su umbral, unas cuchillas cortan las alas, que quedan fuera. Allí, para remplazarlas haces un nido amorosamente, y pasas la vida contemplándolo con amor hasta que, un buen día, te lo arrebatan. Entonces empiezas a dar vueltas, a intentar encontrar la salida.
Las aves también sueñan, y te crecen unas alas nuevas; pero al salir al mundo ya perdiste la noción de la vida. Y en los vuelos vas dando tumbos que hieren tus alas hasta ya no poder levantar de nuevo el corto vuelo.
Otra vez, cerca de la puerta, quedas acurrucada sin saber que hacer, da igual que ya te dejen la puerta abierta, dan igual los fríos, o el calor que te despierta. Sólo queda una espera sin esperanza.
Sakkarah