La naturaleza y yo.
Identificarme con el cielo, pensar en mi inmensidad, en la inmensidad de mi mundo interior. La inmensidad de mis pensamientos, de mis sentimientos. Elevarme hacia él, despegarme de la tierra tan material.
Ser una estrella, una estrella de luz. ¿Cómo serlo? Creando felicidad, creando sueños para que los demás puedan vivirlos. Alumbrar con una luz artificial creada para los demás. Mi luz se apagó, ya no me alumbro a mi misma ni a lo que más amo. Pero puedo ser estrella que consuela. En las noches, cuando miraba las estrellas y tenía una a la que le hablaba de él, cuántas cosas le pedía. Creía que mi estrellas me alumbraría siempre, pero se apagó. Seguramente es que él jamás la miraba, jamás me vio entre las estrellas. A él le gustaban las estrellas fugaces, y con ellas viajas. Yo no soy estrella fugaz, alumbraba fija en el firmamento. Mi luz se apagó, pero ahí sigo, donde no me ven velando por él.
Blanca como la luna. Mi alma es blanca como ella, sin asomo de maldad, sin deseos de mal hacia nadie. Cuantas veces me columpie en la luna llena de felicidad. Cuantas veces le contaba mis cosas, le hablaba de las caricias…Ahora en las noches, cuando la miro, entorna los ojos, se que le produce tristeza verme sola. Sé que echa en falta que vaya a acariciarla y contarla mis sueños. Ya sólo te miro luna, pero te miro con amor
Verde como la hierba, sentirme naturaleza. Me produce serenidad perderme en ella. Antes cuando me recostaba sobre la hierba, me ponía a soñar, ahora me recuesto, boca abajo y la riego con mis lágrimas.
Los pájaros con sus bellos trinos. En el pueblo, al despertar los escuchaba. Me encantaba oírlos, me traían melodías de amor, caricias y me quedaba extasiada, serena. Ahora me traen cantos de consuelo, no puedo oír esas bellas melodías, pero cantan para consolarme. Son mis amigos, saben que me gusta el vuelo, que viaje muchas veces con ellos por el espacio
A lo lejos, la inmensa montaña, desafiante y bella. La montaña de los sueños que no pude escalar, en donde se pierde esa brisa de caricias que venía a mi a menudo y el viento que me traía la fuerza de la pasión. Allí quedaron con ella y en ella estará a menudo mi gran amor
Sakkarah 2003
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