Tedio

Tedio sin salida ni esperanza me rodea. Mi mano no tiene la fuerza que necesitas, ni a la que aspirabas. Sólo tú podrías darte cuenta de tus errores o apreciaciones. 

Renovarás aquel sueño, entre tanto que yo voy asesinando el mío. Planas caen sobre mí las estrellas de la noche, destruyéndome. Yo sí soy la nada, aunque no la proclame. 

Muda, ya no puedo articular palabra. Las letras invisibles a toda mirada, sólo pueden reflejarse en mis ojos. Sorda a la vida. En un rincón, en cuclillas, con los oídos tapados, y entornados los ojos. Así hasta que pase la vida, que corra. 

El habitáculo destinado a contener los hombres se te quedó pequeño. Creces inmenso hacia universos a los que yo ya no alcanzaré a asomarme. No quiero ver, no quiero saber de tus nuevos sueños. No quiero intuir tus nuevas ilusiones. Nunca pudieron verme tus ojos, nunca. 

Habrá quien encuentre la luz de tus besos. Bregan por el camino las hadas y las brujas. Deja que entre el amor en ti de una mano sin engaño. De todas formas no quiero mirar, no puedo permitir que mi corazón se avergüence de mí, de mis derrotas. 

Se abrirán las puertas de tu morada, y pondrás mullidos cojines acogedores. Yo mientras dormiré en la estera de la nada.

Sakkarah