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BUCANERITA

Un beso.

Un beso.

Un beso que no se da, una quimera en el aire, un no saber ni presentir. Una duda, muchas preguntas, y la boca sellada.

La ternura suelta se expande, y quizá no sea recogida en un pequeño frasco de amor; puede ser que sólo fluya resbalando hasta el suelo. Si allí queda, yo me limitaré a pasar sobre ella con paso decidido. No voy a mirar al suelo siendo el cielo tan azul.

El alma se asoma, se deja ver siendo valiente. Si un dardo la alcanza, quedará herida y necesitará descanso, pero tozuda, volverá a encaramarse a la palabra.

Suave piel alcanzable sólo al tacto del amor. Se cubre de soles o sedas en la espera.

Es muy fácil no adivinarme, y yo, ya sólo dejaré la respuesta a quien la encuentre en caminos insondables.

Sakkarah

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