Adiós
Se hacen eternos los minutos de un adiós.
La gaviota te dirige con su vuelo, va marcando el camino. Sabes que en esos momentos eres agua de río, que tiene que continuar su lenta corriente. El pensamiento te retiene, perdido en cada gesto.
Extraño universo de despedidas, el que habitamos. Espejismos somos de espuma, que siempre se acaba disolviendo.
Cuando la lluvia no cesa, te elevas en un vuelo perdido hacia ese lugar en donde escampe, para seguir buscando esa raíz secreta que devora la savia capaz de hacer crecer el amor.
Sakkarah
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