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BUCANERITA

Unas horas expectante.

Unas horas expectante.

Unas horas expectante deseando que llegara el veredicto, algo se hizo esperar, pero llegó. Mi mirada paseaba por bellos sitios que no le pertenecían, sólo poseía unas cuantas ruinas reflejo de un pago por haberme quejado. La desilusión fue tanta que llegó la ira, esa que no encuentra trabas en el camino, que no se detiene a pensar.

Ahora, ya tranquila, pienso en su felicidad. La vida está llena de caminos en los que te encuentras alguna señal de prohibido, y solo tienes que dar un giro para encontrar la vía en que te permiten pasear.

Se aprende, y yo aprenderé a no esperar ni desear. La pasión no siempre es un valor, la puedo desechar. No sé si volveré a sentirla, pero no es preocupante, ya que es como subirte a una gran torre para que después te empujen. Y las caídas duelen tanto…

Sakkarah

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