Desilusión.

Ella había cerrado su ventana como quien cierra las puertas a la vida , y un día, cuando menos lo esperaba, la brisa repicaba en los cristales. Abrió corriendo con la ilusión del que renace, pero pasó de largo. Sólo era un juego al espejismo.

Salió al jardín, aquel que otrora albergara la flores, las aves y los cisnes. Aquel de los cantos melodiosos al compás de las horas, de los días. Hoy no había color, ni el aire lo bordaban los vuelos de los pájaros. Sólo el silencio corría tras las hojas secas.

Y la sed de ilusiones se secó en la garganta. Un muro en su mente apartó el pensamiento, ni la melancolía era capaz de intentar treparlo. La rienda sujetó con fuerza el instinto, frenó el galope.

Quietud, desilusión...

Sakkarah