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BUCANERITA

Desde aquí.

Desde aquí.

Desde aquí arriba todo se ve de forma diferente. Tú mirabas mis piernas como el que pasea la mirada por una revista. Mientras, en tu pensamiento, ellas se agolpaban estrechándote; te alejaban. No tendiste tu mano para poder sujetarte con fuerza. Desde aquí la distancia se va alargando. Te pierdes en la espesura de mi pensamiento mientras mi vista se nubla. 

Sin miedo a nada, quijote de la vida. Entre los molinos se esconde mi figura, mientras, tú pasas de largo tirando de un atajo de jumentos cargado de tus botines. Juegan los niños llevándose la muñeca que yo aún conservaba.

Me faltaron tus manos rescatándome de las heridas. No pude sentir la caricia en mi pelo, que ahora ondula el viento. El aire roza mi cara despejándome de los ensueños.

Figura abandonada en tu vitrina fui por un tiempo. Olvidada me cubría de polvo, inmóvil en la esperanza de una tierna gamuza. Minúsculos átomos fueron haciendo mi piel porosa, y, como roca, quedé convertida en un puñado de arena.

Un susurro apagado salió de mi boca para intentar detenerte. Fue más fuerte el sonido de la explosión en incendio de color rojo. Se perdió, como se perderá cada día de mi existencia.

Sólo ya la Naturaleza me moldea hasta formar un objeto inerte, piedra informe, en el espacio quedo.

Sakkarah

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