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BUCANERITA

Hay que ahogar la palabra.

Hay que ahogar la palabra.

Hay que ahogar la palabra, hay que ocultarlo todo. Tiene que quedar su horizonte abierto, para que a su pecho arribe otro amor.

No oprime el tiempo, pero la desesperanza ahoga. Renunciar al amor por siempre, es asegurarse un camino sereno. No sé donde irán las pasiones dormidas, pero alcanzarán el sublime vuelo del olvido.

La sangre late en la espera de derramarse en el asesinato del sentimiento. Nuevos versos llamarán a su ventana, mientras que yo, despacio, muy en silencio, me alejo. Una nueva incógnita anda llamando a su puerta

Sakkarah 2006

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